jueves, 13 de diciembre de 2007

¬mañana

Cuando anochezca iré donde él vive.
aceptaré con un “sí” la copa de vino que me ofrecerá, mientras mis dedos jugarán con sus cabellos. Abrazaré su cuerpo deseado, morderé su cuello con labios posesivos y en el suelo, junto a algunos vidrios rotos, se hundirá despacio. Luego cenaremos, beberemos de la misma copa y caeremos borrachos en la cama donde de nuevo me amará.
Mientras yo duerma, él saldrá fuera para buscar otras mujeres y antes de amanecer, me despertará con besos aun húmedos de sueños, vino y deseo.
Yo me iré y él dormirá hasta hoy por la noche.

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